Fuera de caja

Abstract

Alicia Villarreal y Julia Toro exhibieron su trabajo de forma individual y de forma simultánea en Galería Gabriela Mistral.

En el primer espacio de la galería se podían ver las enormes fotografías de Julia Toro, a las que ella llamó “Qué ves cuando me ves”, sugestivo título de una canción de Divididos, banda que se creó cuando se disolvió el grupo argentino Sumo luego de la muerte de su vocalista Luca Prodan.

Se trató de sensuales imágenes de un hombre y una mujer “enfrentados desde lejos por una fuerte seducción”.

“Las fotos muestran los atractivos de estos personajes y la tensión que eso provoca. Es una cosa erótica latente inserta dentro de un arte extra joven y callejero. Es como un graffitti”, explicó la artista.

Para lograr este trabajo Julia Toro, fotógrafa desde hace 20 años, utilizó una nueva técnica capaz de hacer de sus fotografías enormes copias en papel a través de modernos sistema computacional. Se trató del Plotter Electroestático que funcionaba en base a un software que distribuía de manera aleatoria los puntos y que permitía con eso obtener imágenes absolutamente nítidas que eliminan todo tipo de grano o rosetas.

“El software da la posibilidad de imprimir grandes dimensiones de alto y ancho (1,06 metros), con calces perfectos. O sea, la fotografía se pone en una fotocopiadora y luego sale impresa sobre el papel. Es fantástico”.

Y entonces, luego de conoció esta técnica, la fotógrafa, a quien le gusta usar sus fotos como borrador y en base a ellas crear otras cosas, pensó hacer lo mismo pero con imágenes familiares antiguas, de esas medio amarillentas y fotopiarlas a color.

IMÁGENES DEL RECUERDO

En la sala contigua, Alicia Villarreal presentó la muestra titulada “Fuera de Caja” que correspondió a una serie de pequeñas instalaciones donde la artista conjugó un singular lenguaje conceptual a partir de las imágenes de objetos que ella misma recolectó. Estas imágenes fueron el resultado de fotografías y fotocopias. “Es una especie de gramática visual creada a partir de un alfabeto abstracto compuesto por 27 imágenes”.

Todos estos elementos se guardaban en cajas, que también formaban parte de pequeñas instalaciones. “Ellas almacenan un contenido y son a su vez un contenido”.

“Todos los objetos que forman parte de este montaje fueron encontrados en cajas y maletas, que a su vez sirven para viajar y transportar la misma instalación a otros lugares”, explicó la artista.

Egresada de la Escuela de Arte de la Universidad Católica, esta muestra correspondió a la segunda etapa de su proyecto ganador del Fondart. Los trabajos realizados en la primera parte de dicho proyecto, que contempló la creación de un alfabeto a través de estas instalaciones, fueron exhibidos en el museo de Arte Contemporáneo.