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Plagado Artificial

dc.contributor.authorCavieres, Pamela
dc.contributor.authorPreece, Sebastián
dc.date.accessioned2019-05-13T17:07:17Z
dc.date.available2019-05-13T17:07:17Z
dc.date.issued2000-08-08
dc.identifier.otherGM/PC/PA/2000;C18
dc.identifier.urihttp://repositorio.cultura.gob.cl/handle/123456789/5053
dc.description.abstractLa tercera exposición programada del año 2000 por la Galería Gabriela Mistral corresponde a una joven pareja de artistas visuales, Pamela Cavieres y Sebastián Preece, con su muestra Plegado Arficial, que se inauguró el martes 8 de agosto y permaneció abierta hasta fines de mes. Esta exhibición respondió a una apuesta del entonces espacio del Departamento de Programas Culturales de División de Cultura del Ministerio de Educación, que desde 1990 a la fecha ha entregado decisivos nombres de artistas emergentes y consagrados a la escena plástica contemporánea, la mayoría de ellos hoy integrados al circuito de exposiciones nacionales, internacionales, bienales y otros eventos. NUEVOS TIEMPOS, NUEVAS MIRADAS El trabajo de Sebastián Preece se gesta desde la reflexión acerca de los procedimientos y métodos empleados por un pintor en su ejercicio, planteando la pintura no como el cuadro o la obra acabada como fin (objeto-producto) sino como el procedimiento mismo, en el sentido de la instancia, es decir, el acto de pintar. Por ello, parte revolucionando el concepto de soporte, bastidor o tela, e interviniendo la arquitectura de la galería, como si ésta fuera una gran tela desplegada en sus bordes y rebordes más impredecibles. A partir de esta reflexión sobre la pintura, el artista nos presentó la remodelación, la arquitectura del interior, la rearticulación de espacios al interior de un espacio dado, formando nuevos espacios a través de divisiones y subdivisiones, paneles o muros falsos, tabiquerías que se adaptan y desprende, adosados a los muros reales y propios del lugar original, creando un espacio ficticio que se incorpora a otro, uno real. Es decir, Preece se “toma” literalmente el muro que separa a la galería de la librería del mismo nombre, le practica una incisión profunda, conecta sus interiores en un imaginario de espejos y reflejos, propone una nueva tridimensionalidad en el espacio. Su propuesta para Galería Gabriela Mistral pasó por la intervención de ella, haciendo desaparecer en primera instancia el parche, eliminando el muro falso al sacar el tabique que ocupa y cierra el umbral, conectando de este modo la galería con la librería del Ministerio de Educación, simbolizando o más bien mostrando así la unidad espacial que corresponde a ambos lugares. El propio y mínimos acto de sacar el panel y abrir el umbral ya es remodelación, permitiendo fugar el espacio de la galería hacia la librería y viceversa (expansión). Este acto articula el umbral a modo de insinuación indicativa de revelar y a su vez trabajar con el mismo sentido y bajo los mismos procedimientos que ha adoptado el lugar para formarse como tal. Como el mismo artista señaló: “lo que pretendo interviniendo la pared de la librería es la búsqueda de ese espacio lógico por el cual, a través de la pintura, se intenta irrumpir y abrir para mostrar las dos funciones. En este sentido, es importante señalar la participación que tendrán las personas que entren en la librería y observen el funcionamiento de la muestra desde otro lado. De hecho, la idea más sustancial es poder dar a las personas que no van a ver específicamente arte, la posibilidad de que logren mirar la obra a través de un espacio”. ENTRE LA NOBLEZA Y LA RUINA El trabajo de Pamela Cavieres, quien ya había expuesto en esta galería cuando egresaba de ARCIS, proponía crear tensiones a partir del pliegue, entendido no sólo como gesto sino también como espacialidad que construye el edificio como lugar. Entre las superficies del mármol negro que ella instaló en la sala 2, estructuras plegadas (más de 10 mil hezaedros) recorrían los pliegues que arman el espacio de la galería, desplazándose hasta el umbral con la sala oriente, que unía y dividía a través de otro umbral, esta vez virtual, el espacio galerístico; lugar de artificio con el espacio librería, lugar de las palabras. Esta vez Pamela desplazó la noción de héroe o heroína o las relaciones de poder e imaginario que contienen algunas de sus propuestas anteriores no carentes de una decantada y refinada estética visual donde siempre priman el negro, el blanco, los tonos y materiales metálicos, sin dejar en ellos la más leve impronta de deshumanización, abstracción o frialdad: muy por el contrario. Al desplegar el simulacro creado por la intervención pintura-escaparate que abre el otro lado, Pamela y Sebastián lo descubren entre los pliegues del umbral, generando un corpus de ilusión, una tensión y complementación extraordinaria en la propuesta de ambos. La librería se transformó entonces en el tercer espacio observado, ampliando el lugar del artificio, dejando entrever “el lugar de las palabras”, como parte de la obra. Para el público de la librería se revelaba, entonces, la galería como ilusión en un cuadro-ventana, donde el observador recorre con la mirada desde su propio encuadre en el plegado artificial. Para Pamela Cavieres, “mi trabajo está marcado por el material pesado como el mármol y el cemento. Este gusto personal tiene una relación con la construcción de las cosas y los materiales que uno ve en el cotidiano y la destrucción de ellos mismos. En este caso específico –agrega- el mármol remite a la historia del arte, en cambio el cemento es un material más urbano y moldeable. Es aquí donde nos enfrentamos a la disyuntiva: materiales nobles versus materiales poco nobles”, destacó la artista. Para Luisa Ulibarri, entonces directora y curadora de Galería Gabriela Mistral, esta muestra reafirmó una vez más el carácter de laboratorio de propuestas visuales emergentes y la línea de producción crítica y reflexiva de este espacio cultural. “Sebastián Preece y Pamela Cavieres son capaces de tomarle el pulso al presente con su propuesta expresiva, al ocupar el lugar interviniendo, alterando y transgrediendo su espacio arquitectónico, para unir y dividir a la vez el lugar de la visualidad pura, con el lugar de las palabras. Arte, arquitectura y texto impreso –palabras- se fusionan aquí en una audaz perforación de los intramuros estatales”. “Antes – dice la creadora y directora de la galería- José Antonio Silva haía perforado el muro que divide la galería con la ferretera vecina, abriendo el espacio al vacío, a la pregunta, a una actitud despojada de ornamentos y artificios, para demostrar que todo marco, todo umbral y toda esfera al servicio de un proyecto artístico de calidad y solidez adquiere dimensiones inesperadas cuando devela otras imágenes desde la arquitectura interior de un espacio artístico”. En Plegado Artificial la metáfora fue más lejos y sin actos de voluntarismo, sino de una acabada percepción del espacio, se materializó en esta muestra un hecho único, formulado y elaborado para Galería Gabriela Mistral, que cumplió una vez más de esta forma su rol de ser un laboratorio de proyectos sólidos en constante mutación.es
dc.language.isoeses
dc.publisherGalería Gabriela Mistrales
dc.relation.ispartofseriesGM/PC/PA/2000;C18
dc.subjectGalería Gabriela Mistrales
dc.subjectPamela Caviereses
dc.subjectinstalaciones (exhibición)es
dc.subjectPlegado Artificiales
dc.titlePlagado Artificiales
dc.typeOtheres


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